Cuando vamos a una heladería, casi nunca hay un solo helado. El helado es lo único que se sirve, pero hay un sinfín de sabores… ¡y se pueden mezclar entre sí! Lo mismo ocurre con la toma de decisiones.
Al igual que los distintos sabores de helado, como copropietarios tienen distintos enfoques para conseguir los resultados deseados. Ante una decisión tomada por uno, el otro puede estar totalmente en desacuerdo con esa decisión por la forma en que se tomó. Y, sin embargo, si la decisión se tomara de otra manera, atendiendo o mezclando preferencias, el resultado podría ser más deseable.
Si se dedica tiempo a mantener una conversación con los socios comerciales, en la que se conozcan las preferencias de cada uno a la hora de tomar decisiones, todos estarán mejor preparados para apoyarse mutuamente con el fin de crear procesos más sólidos para la toma de decisiones empresariales importantes.
Con sus necesidades en mente, pase al paso 4 para empezar a tomar decisiones.